Punto final a la temporada regular. Punto y seguido al calendario, que ofrece en las próximas semanas nuevos retos aunque no sea subidos al primer escalón del campeonato. Punto final a la primera experiencia competitiva de máxima exigencia y punto y seguido a la constante evolución del equipo, un crecimiento que ha sido visible en las últimas jornadas con las relaciones más engrasadas, con los más adelantados manteniendo el ritmo y los más nobeles avanzando pasito a pasito para contribuir de la mejor manera al rendimiento grupal.

Ver algunos videos de las primeras actuaciones de los Minirraptors y compararlas con las más recientes demuestran el tremendo avance y, precisamente viendo las más próximas, es inevitable tener un regusto amargo en el paladar porque las opciones de clasificación fueron reales, palpables y se acariciaron con la punta de los dedos. El último partido de esta fase de grupos fue un huracán morado.

Daba gusto ver a los chicos con confianza total en sus acciones, con ganas de intentar cosas nuevas, con canastas complicadas, con mejor comportamiento defensivo especialmente en el uno contra uno… Para el rival fue imposible encontrar alguna fórmula para hacer daño al Juande, tanto que tardaron casi 18 minutos en anotar sus primeros puntos. Fue un triunfo por aplastamiento.

Incluso con el marcador cerrado los chicos no detuvieron su impulso empeñados de pleno en enseñar el desarrollo de su habilidades,la progresión de sus capacidades técnicas. De hecho, es normal que los pequeños practiquen la osadía, el descaro y la aventura individual porque están en edad de demostrarse a ellos mismos hasta donde pueden llegar y es Iker desde el banquillo, el encargado de encontrar el equilibrio entre lo que toca y no toca en cada momento.

Y lo hace. El encuentro fue de tal superioridad que es innecesario hablar de parciales. Todos los chicos estuvieron bien y se repartieron los puntos de forma equilibrada. Ahora, toca afrontar la siguiente fase con visitas a equipos de enorme tradición como Villalba y Fuenlabrada. El basket no para. Cada partido será una nueva oportunidad para seguir estrechando lazos entre ellos, algo que va a repercutir, seguro, en lo que vivirán juntos en los próximos años.