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Dispárame

Dispárame

Pero asegúrate que acaba este dolor

Dispárame pero asegúrate que aciertas por favor

Quiero un disparo certero

Que me atraviese el corazón

Dispárame

No quiero estar en este mundo tan cruel

Dispárame

Bajo la luna como siempre yo soñé

Quiero un disparo con huevos

Pa que me atraviese de una vez

 

No me mires así

Sé que en el infierno voy a ser feliz

Vamos hazlo ya

Si es que no lo entiendes te lo vuelvo a gritar

 

Dispárame

Sabes que solo te los pediría a ti

Disparame

Diles a todos que yo lo quería así

Quiero un disparo y un beso

Que me remate de una vez

Ven

No tengas miedo

Solo tienes que hacer lo que yo quiero

Ponte el vestido azul

Y pide lo más caro del bar

.....

 

Pues sí amigos. Esa sensación teníamos todos en el partido del pasado domingo contra Las Rozas. Necesitábamos que se acabara ese calvario que se hizo eterno. Y qué mejor manera que con esta canción de Los Zigarros que cantan con ese torrente de voz que es Aurora García, a la que a algunos les sonara por ser la cantante de la banda de That's my Jam, de Movistar+ y, a los menos, por ser la de Aurora & the Betrayers. Sí, es potente, es un rock&roll de los de toda la vida, pura dinamita, pero era lo que me pedía el cuerpo. Era esto o Alex Ubago, pero uno tiene sus principios. Los que estuvimos en Las Rozas saben que la canción encaja, encaja. Temazo.

 

Quienes estuvimos en Las Rozas, donde se agradeció que el pabellón tuviera calefacción, y vimos el inicio del partido, no nos podíamos creer cómo se desarrolló el resto. Todos teníamos el pensamiento que Las Rozas B era un equipo compacto, muy peleón pero inferior a nuestra #bandadelparioCBJA. Pero nos dieron en todas las narices y vencieron merecidamente casi de paliza. Además con una imagen pobre, muy pobre. Hemos visto cómo el equipo compitió fenomenal en la primera parte de la temporada, con equipos infinitamente superiores, pero cuando ha llegado el momento de competir de verdad, con equipos parecidos y sobre un objetivo claro, el equipo se ha venido abajo. Y nuestras niñas no lo están pasando bien. El partido acabó con lágrimas, alguna lesión y mucha frustración Ahora mismo nos queda la esperanza de llegar al Play-in en unas mínimas condiciones anímicas para poder competir y en eso tenemos que trabajar todos, niñas, entrenadores, padres, abuelos...no?

 

Menos mal que a la abuela la fuimos a ver antes de que se lesionara Candela, sino, ya os podéis imaginar la que me hubiera caído. Unas horas antes se llenaron de besos y de abrazos que sólo ellas saben darse. Como fue un fin de semana de muchísimo frío, la abuela sólo decía eso de "¡Ten cuidado, qué no cojan frío los niños!", cuando el libro "Si al fútbol a tu hijo llevas, la manta en el coche echas" cuenta claramente que somos los padres los que sufrimos el frío el fin de semana de deporte.




CHIMPUN

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