CBJA ALCALÁ
COOLTURA DE CLUB
Terrenos Dorados
Play Off - In
Infantil Especial Masculino 79 - 56 Estudio
Hace seis años, cuando el diario de abordo bautizó al equipo Benjamín de 2009 como Tornado, lo hizo por su energía arrolladora, por su ritmo frenético, por su ímpetu, por su velocidad. Desde entonces, el camino vivió episodios complicados que, por momentos, cambiaron el significado del apodo convirtiendo en tornado las circunstancias y en balsa de supervivientes al equipo. Vivimos la marcha de jugadores muy importantes que, uno tras otro, buscaron una vía distinta para crecer.
Sufrimos el adiós de chicos que formaban parte del alma del vestuario y que decidieron dejar el baloncesto. El diseño que había firmado final four en su estreno parecía desmoronarse apenas iniciado su trayecto. Hubo momentos de zozobra, de dudas, de llamadas cruzadas, de temores. El peligro de descomposición se hacía cada vez más fuerte, el miedo a desangrarnos era real. Pero, igual que Kate Winslet encontró una madera a la que auparse para sobrevivir (y todos sabemos que Di Caprio tenía espacio de sobra para subir también) el equipo halló la forma de salvarse del naufragio.
Uno tras otro se incorporaron al grupo nuevos jugadores que, además de sumar sus calidades, fortalecieron los cimientos y acabaron empapándose del espíritu que marcó el proyecto desde su génesis. La aportación de los entrenadores para que el equipo creciera y el ánimo y esfuerzo de los chicos por conseguirlo permitieron que el futuro inmediato espantara sombras. De aquel equipo llamado a grandes logros que se formó en la primera temporada al existente hay muchas diferencias pero cada uno de los actualmente presentes tiene el enorme mérito de persistir, de seguir ligado al deporte que le entusiasma, de no rendirse cuando los elementos invitaban a ello.
Para los que han dejado su sudor en el intento, con lagunas, con errores, con momentos mágicos y desilusiones, alcanzar los playoffs, estos playoffs, con la fantástica recompensa que supone para el club, con la experiencia maravillosa que va a proporcionar a los chicos que heredarán este logro, es un tesoro descomunal.
La historia del partido se reduce a un equipo, el Tornado, convencido de que esta oportunidad no se iba a escapar y, para demostrarlo, saltaron al parqué enchufados y con la intención de asestar un golpe mortal desde el inicio. El primer cuarto, apabullante: 23-8. Desde esa distancia de 15 puntos se pudo gestionar el choque para no sufrir, incluso cuando el rival recortó para acercarse en el último cuarto.
Se cometieron precipitaciones y pérdidas que habrá que minimizar en el play-off si los morados quieren tener opciones de soñar con los cuartos de final, se aceleró en exceso cuando el encuentro reclamaba tranquilidad y se sufrió para salir desde atrás en situaciones de presión pero las virtudes estuvieron muy por encima de los defectos como evidencian los 23 puntos de diferencia en el resultado final. Ahora, el reto se complica de manera superlativa.
Alcobendas será nuestro rival en una eliminatoria al mejor de tres partidos y con ventaja de campo para ellos. La victoria ante Estudio coloca al Juande entre los doce mejores de la competición. No es una heroicidad, desde luego. Incluso puede entenderse como algo que responde a lo presupuestado a principios de temporada, algo que no es ni una sorpresa ni un mérito legendario. Pero tampoco es algo a tomarse a la ligera. No acostumbramos a pisar terrenos dorados, más bien, solemos verlos desde la distancia. No da para fuegos artificiales pero sí para un abrazo y una sonrisa.
Enhorabuena a todos.