CBJA ALCALÁ
COOLTURA DE CLUB
Ábanico de escenarios futuros
Infantil Especial 74 – 77 Villalba
El partido ante Villalba se presentaba como un encuentro aclaratorio, un choque que iba a delimitar nuestro abanico de escenarios futuros para bien o para mal. Después del contundente triunfo logrado en su pabellón, una previsión poco profunda nos convertía en favoritos.
Rascando, debajo de la superficie hay un análisis con puntos más precisos: Villalba es un club tradicional con bloques que se mantienen homogéneos, grupos que trabajan durante años manteniendo conexiones en la cancha y que saben suplir las pocas salidas con buenas piezas ya que controlan su área de influencia perfectamente. Por más que en la ida el Juande fue superior, pensar que la vuelta repetiría esquema era ser demasiado optimista.
Villaba jugó con mucho criterio, circulando bien la bola y añadiendo movimiento sin balón, intensos en la línea de pase y en la presión de nuestra salida y muy acertados desde el perímetro. Su actuación fue muy notable y la nuestra lo suficientemente buena para que se viera un gran partido de basket pero no para ganar. Partíamos, por tanto, con la intención de dejar la senda aclarada y terminamos por embarrarla. Mejor ahora que no deja de suponer un toque de atención, una prueba de la igualdad, de la imperiosa necesidad de jugar al cien por cien para competir ante equipos como estos.
El grupo no se definió pero el pase sigue estando muy próximo. Podría haber quedado resuelto si se hubiera mantenido la racha inicial: 7-0 de partida. No fuimos capaces de prolongar la dinámica y nos desordenamos atrás concediendo mucho tanto en defensa individual como coral, con malas lecturas para detener sus cortes y sus puertas atrás y con enormes dificultades para cerrar el rebote ante un equipo parejo al nuestro en lo físico.
Sumemos que cometíamos perdidas en la salida de su presión, muy intensa en nuestro campo, lo que les regalaba canastas sencillas. Además, anotaron siete triples en la primera mitad (varios no punteados pero otros a pesar de serlo). A pesar de todo, el Tornado supo competir para mantener el equilibrio e incluso dominar en determinados momentos. De hecho, los chicos consiguieron volver a abrir brecha en el tercer cuarto (+9) y llegar al inicio del último seis puntos arriba.
Y, entonces, el fango. Al igual que sucedió en el partido ante el Real Madrid, el Juande gozó de ventaja para haber podido conquistar la victoria pero, como Artax en el Pantano de la tristeza, sus pies se fueron hundiendo sin remisión. Villalba nos endosó un 3-15 que fue un golpe directo al mentón. Fue rescatable el hecho de saber tragar saliva para mantenerse con opciones hasta el final.
El equipo tuvo hasta tres opciones en la última jugada del encuentro para haber empatado pero la pelota no entró. En varios lanzamientos del Villaba (alguno de ellos triple) el balón botó varias veces en el aro antes de entrar: en nuestros tiros clave de las últimas dos posesiones, la bola jugó con nuestros corazones y acabó saliendo de dentro a cámara lenta.
Esta vez tocó derrota de las que dejan cicatriz pero no miedos, deja hiel pero no vértigo. La moneda caerá de nuestro lado la próxima vez porque, en esta misma campaña, habrá otra oportunidad para cambiar el destino. Seguro.